
Hoy
os hablaré de todas las reflexiones que me han ocupado durante este tiempo
desde que vi los percances infligidos al Hogar Social Madrid – Ramiro Ledesma.
Primero
nos ponemos en situación: Un grupo de patriotas españoles han llevado una
iniciativa social para dar cobertura alimentaria a los españoles más
desfavorecidos justificándose en la ingente y excesiva cantidad de ONGs y
servicios sociales en los que se da prioridad al inmigrante, dejando a los
autóctonos en una situación deplorable. Para ello, ocuparon un inmueble para
desarrollar la labor.
En
cuanto los antifascistas y demás chusma se percataron del evento, se dirigieron
al lugar en cuestión a insultar, intimidar, aterrorizar e incluso a agredir, a
aquellos que llevaban a cabo esta noble tarea, excusándose en la discriminación
al inmigrante. Una actitud (según ellos), racista, fascista y por lo tanto,
condenable.
Esto
es sin entrar en detalles, es ‘a grosso
modo, el planteamiento inicial del caso.
Mis
reflexiones me llevan a la conclusión de que el antifascista es una persona
enferma.
Considero
que este altercado deja patente el odio de
muchos españoles a los españoles. La
endofobia en su máxima expresión.
Para
poder estigmatizar, desprestigiar o criminalizar esta iniciativa, se sirven de
todos los tópicos izquierdistas, poniendo en marcha su máquina difamatoria, tal
como: racismo, xenofobia, fascismo, nazismo, neonazismo, falangistas…
Y todo ello, con el apoyo la colaboración de los medios de comunicación y de
los agentes políticos y no gubernamentales en materia multicultural,
globalizadora y antiespañola.
Aquí un ejemplo de colaboración
de medios de comunicación: Fijaos como la presentadora, desde el comienzo se
lanza sin compasión a por la entrevistada, deslizando una condena moral
implícita en sus preguntas: “¿Por qué no dais comida a inmigrantes?” “¿Sois
neonazis?” “¿Para ayudar se necesitan armas?”. Lo que no sabía la
presentadora es que se iba a presenciar un ataque en directo de un grupo de
extrema izquierda… Por supuesto ignorado completamente, puesto que su
intención era ¡seguir entrevistando a la chica!
Al margen de ideologías, ayudar a tu gente no
sé por qué tiene que estar mal visto o ser una actitud fascista. Así lo
entienden los ignorantes de izquierda (valga la redundancia). Salvando las distancias, ¿me condenaran por
ayudar a mis hijos antes que a los del vecino?
Todo esto me llevó a meditar sobre la
idiosincrasia antifascista. Es decir, ser antifascista hoy en día hay que odiar
el fascismo sin conocerlo. Para ser antifascista hay que imaginar el fascismo como
el mal absoluto. Para esta gente, el fascista es su brújula que marca el mal. Aunque para ello muchas
veces haya que inventarlo.
En el antifascista la
ignorancia es su energía y su
sentimiento de superioridad moral aquello que le convierte en un
sacerdote moderno, conocedor del Bien y del Mal.
Un
antifascista no puede ser demócrata bajo la concepción que esta misma persona
le da a democracia, porque si lo fuera no intentaría imponer sus criterios
historiográficos, políticos y morales como una verdad absoluta.
Ellos se erigen como abanderados del respeto,
aunque te dicen a quién tienes que respetar. Se autoproclaman defensores de la
libertad, aunque no te dejen ayudar a quién quieras. Pregonan su pacifismo,
aunque si eres señalado como fascista, irán a partirte la cara. Se coronan como
adalides de la solidaridad, aunque te dicen con quién tienes que serlo. También
hacen lo propio adueñándose de la lucha por la libertad de expresión, aunque te
condenen por cómo piensas.
El antifascista español es un payaso con todas sus letras.
Es decir, “la libertad de
expresión como derecho, debería consistir en poder expresar libremente todo
pensamiento sin que este conlleve condena moral o amenazas hacia quien opina.
Opinar libremente debería consistir en opinar y que por ello no te tachen de
ignorante, loco o mamarracho.”
Y he aquí la esquizofrenia: ¿Considerarán
esto como un ataque racista?Evidentemente NO.
Ser antifascista es odiar España, amar al de fuera y
escupir sobre la bandera de tu patria; Su única premisa es la aniquilación del
estado español en pos de un mundo sin identidad, completamente mezclado y
desarraigado.
El hombre que defiende
valores nacionales, de sangre, de familia, es un hombre anticuado y que puede
ser tolerado o no pero siempre visto con cierta pena. La idea de progreso ha
convencido a la masa de que avanzar es acabar con todos los elementos que en el
pasado... ¿el pasado? ¡No! ¡Con
todos los elementos que desde siempre han sostenido, amparado y cohesionado una
comunidad concreta en un territorio determinado!
Aquellos antifascistas que
van de ellos mismos y que no dejan de ser subproductos. Esto al final no deja de ser
resultado de un inducido vacío en las personas, estrategia inteligente para el
sostenimiento de las sociedades de consumo, al ser el consumo lo que llena la
vida de los individuos. Ese rol que los medios te suministran no deja de
ser algo que te obliga a consumir.
Así surge la tribu urbana:
la pose de mantener un rol ha generado sus propias divisiones y elementos que
caracterizan a cada cual con unas determinadas señas de pertenencia a.
En las sociedades modernas se han generado los mecanismos
adecuados para que aquellas personas que realmente se muestren por sí mismas,
transparentes, de la forma más consciente posible, sean señaladas y marginadas. Porque en eso consiste la llamada ‘tolerancia
democrática’, en marginar al que piensa diferente. Y si se hace demasiado ruido el antifascista
actúa ya que en su cruzada en pos de la libertad te marginará aún más: pues no lo olvides, sólo hay un
modelo de libertad, y es el que dicta el ‘régimen izquierdista’. Ese aún
más puede ser el tildarte de
nazi o de fascista aunque no lo seas. Y aunque no lo seas me refiero a si
realmente no procesas la doctrina nacionalsocialista o fascista. Hoy esos
conceptos no tienen valor ideológico a vista de quien lo dice para denunciar,
sino que son simplemente palabrotas, palabrotas dirigidas a aquel que
desobedece el mantra de lo políticamente correcto. Hoy el
concepto fascismo y nazi son una palabrota o una forma de denuncia, no es más.
Esta realidad crea una fractura social. Una fractura de ideas, pues existe una consigna; la de atacar a todo aquel que no se ciña al ‘dogma democrático’.
Esta realidad crea una fractura social. Una fractura de ideas, pues existe una consigna; la de atacar a todo aquel que no se ciña al ‘dogma democrático’.
Así nace el antifascista moderno, el
luchador todopoderoso por la libertad sintiéndose
en la tierra como alguien elegido para llevar una misión: acabar con el
fascista.
Bajo esta forma de pensar se ha generado la
forma perfecta de perro callejero que vela por el sistema democrático y que a
la vez piensa que lucha contra el sistema o que es antisistema, en su forma más
radical; o la de aquel pseudorevolucionario que hace de la paz una forma de
rebeldía y que va a las manifestaciones a que le peguen: un antisistema que no
es tal, que es dócil y manejable, y que bajo la represión democrática hará al
represaliado sentirse más democrático aún.
Pocos hay que son ellos mismos. Yo tengo claro de qué lado estoy. Estoy al lado de mi patria, que son mis compatriotas en nuestro territorio. De nuestra cultura. Y gracias a ello, me hacen ser lo que soy. De mi pueblo, de mi gente. Y en épocas de necesidad, como la que vivimos, me parece perfecto que se le otorgue prioridad a los nuestros.
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Al mismo tiempo que dices esto, defiendes a los capitalistas.
ResponderEliminarFin de la cita.
No entiendo lo que dice el comentarista anterior. Sencillamente no veo la relación entre lo que dice el artículo, con el que estoy bastante de acuerdo, y la presunta defensa de los capitalistas. Es algo así como lo que siempre se ha dicho sobre la velocidad y el tocino.
ResponderEliminarVolviendo al artículo, me gustaría añadir que la inmensa mayoría de los que se declaran antifascistas no tienen la más mínima idea de qué era el fascismo. Claro que tampoco se habrán leído "El Capital" ni habrán sido capaces de analizar lo que preconiza cada una de las diferentes ideas políticas que han tenido importancia en la historia de la humanidad. Es mucho más fácil recurrir al tópico, al grito-lema, a la receta de consumo para el gran público, que a una valoración razonada de las ideas pòlíticas. Esa gente, que por desgracia está en todas partes: en la derecha, en la izquierda, en el metro y en el autobús, necesita de un mundo simplificado por eslóganes maniqueístas, en el que ellos mismos se posicionan en el lado de los "buenos". En fin, me gustaría ayudar a todos, pero, por supuesto, empezando por los míos.
Juan Español
Hola.
ResponderEliminarYo tampoco entendí. No respondí porque es un comentario muy pobre, no solo de palabras, sino de contenido. El debate aquí siempre es bienvenido, pero se exige un mínimo.
Juan Español
En primer lugar, darte las gracias por leer mi artículo, y mi satisfacción por convenir en el tema en cuestión.
En lo que respecta a tu comentario, reitero lo expuesto en mi artículo:
"Es decir, ser antifascista hoy en día hay que odiar el fascismo sin conocerlo. Para ser antifascista hay que imaginar el fascismo como el mal absoluto.(...) En el antifascista la ignorancia es su energía"
No hay ninguna exigencia intelectual para entender el por qué de las cosas.
Gracias por comentar. Un saludo.
Hablas de ignorancia cuando eres el primer ignorante, poco antifascista creo que conoces ;)
EliminarEl primer comentario sin duda puesto por un progre que le han contado dos idioteces acerca de una ideologia que desconoce realmente lo que es y lo que defiende,se las ha creido y ha querido ser el Dios justiciero de la etica y la moral diciendo que "Defiendes a los capitalistas"
ResponderEliminarCorrecto, amigo. Las discrepancias siempre son bien recibidas, pero exige un mínimo nivel intelectual.
ResponderEliminarSaludos.
Una pregunta...como se puede llamar hogar SOCIAL y no estar con la sociedad? Si de verdad fuera un HOGAR SOCIAL ayudaría al español y al extranjero, eso lo primero
ResponderEliminarlo segundo es lo mismo mas o menos...hablas de un hogar SOCIAL y te quejas que mercadona done alimentos para inmigrantes que vinieron en patera?
Que significa SOCIAL para ti?
La palabra racista en vuestro caso os viene como anillo al dedo
SIN PALABRAS. HIJO MIO, ES VERDADERAMENTE ADMIRABLE EL VALOR QUE DEMUESTRAS PUBLICANDO ESTAS PALABREJAS QUE HAS CONSEGUIDO ENTRELAZAR Y QUE NO TE DE VERGUENZA QUE SEPAN QUIEN LO HA ESCRITO. ES VERDADERAMENTE UNA TONTERIA INFANTILOIDE TRAS OTRA. JAJAJA. GRACIAS POR LAS RISAS PERO ES QUE ME DA UN POCO DE VERGUENZA AJENA LEERTE. POBRECILLO.
ResponderEliminarUn gran articulo con una verdadera realidad sobre la verdadera cara de los llamados grupos antifascista de izquierdas.
ResponderEliminar" La enfermedad del ignorante es ignorar su propia ignorancia